Oreja para un adiós y la garra de los hermanos Rivera Ordóñez

Paquirri y Cayetano compartieron triunfo, mientras que El Juli, con el peor lote, se fue de vacío

     Los hermanos Francisco Rivera 'Paquirri', que se despedía de la plaza de Sevilla, y Cayetano Rivera Ordóñez, tras una faena plena de garra y entrega, han cortado una oreja cada uno en el festejo, octavo de abono y sexto del ciclo continuado de Feria, celebrado este lunes en la plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

     Se han lidiado seis toros de Daniel Ruiz, desiguales de presentación -más altones segundo y quinto y más chico el sexto- y de juego. Tan noble como soso el primero, rajado el segundo, muy flojo el tercero, bravo el cuarto, muy bruto el quinto y potable el sexto hasta que se rajó tras la tercera serie de muletazos.

     Francisco Rivera 'Paquirri', de azul Baratillo y oro, ovación y oreja.                                                       Julián López 'El Juli', de corinto y oro, ovación y silencio.

Cayetano Rivera Ordóñez, de nazareno y oro, silencio y oreja.

En cuadrillas, Iván García y Alberto Zayas saludaron tras banderillear al sexto.

     La plaza se llenó en tarde soleada y calurosa. Al término del paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Manolo Montoliú al cumplirse 25 años de su muerte sobre el albero de La Real Maestranza.

     En su despedida de Sevilla, Francisco Rivera 'Paquirri' recibió a su primer toro a portagayola y le puso banderillas, pero el animal fue tan noble como soso en la muleta. Otro cantar fue el cuarto, un ejemplar bravo en el caballo que después tuvo la virtud de humillar y repetir en la muleta del torero. Una estocada desprendida le puso en bandeja una oreja con sabor a adiós.

     El Juli pechó con el peor lote. A su primero le dejó un quite de tres chicuelinas y media verónica antes de que se rajara en el último tercio. El quinto fue un toro muy bruto ante el que nada pudo hacer el madrileño.

     Poco o nada quiso saber el público del primer toro de Cayetano, un animal muy flojo al que el torero había recibido a portagayola. En el sexto, el torero cambió las lanzas por cañas a base de entrega y garra; primero, en el quite por gaoneras, y después, en un valentísimo comienzo de faena con las dos rodillas en tierra. El de Daniel Ruiz se rajó tras la tercera serie, pero la apuesta de Cayetano y una certera estocada tendida le brindaron el premio de la oreja.