'Lo que más me gusta es el saber que mis historias pueden aportar un apoyo al lector'

Entrevistamos a Teresa Buzo Salas, la conocida escritora extremeña de Santa Marta de los Barros, autora de los libros "Las hijas de la horas" y "Adict@".

Teresa Buzo Salas, nació en Santa Marta de los Barros. Es profesora de Estudios Hispánicos en el Departamento de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Georgia Southern (EEUU). Cursó Turismo Empresarial en la Universidad de Sevilla. Ha publicado Adict@ de la Editorial Grecal. En esta novela se mezcla el género psicológico, romántico y detectivesco, en la que incluye además ciberadicción y su efecto. También es autora de Las hijas de las horas en la Editorial Gregal. 

Pregunta. ¿Cuál ha sido su trayectoria como escritora?

Respuesta. Escribir ha sido siempre mi pasión, pero empecé a tomármelo en serio hace unos ocho años cuando me aventuré al mundo de los certámenes literarios. Después de un tiempo participando en diferentes certámenes, obtuve algunos premios como ganadora y finalista con varios relatos, y esos premios me animaron mucho para seguir escribiendo. Tras un par de años participando intensamente en los certámenes decidí que ya era el tiempo de saltar del género de relato a uno mucho más complejo como es la novela. A continuación se publicó la novela Las hijas de las horas, la cual es un thriller psicológico que ofrece una perspectiva del dolor y la pérdida, y de cómo enfrentarnos a ese tremendo vacío que deja una persona que se va de este mundo demasiado pronto. La presentación tuvo lugar en Barcelona de la mano de la prestigiosa escritora de fama internacional Rosa Regàs. Al año siguiente se publicó Adict@, la cual explora el tema de la ciberadicción y sus repercusiones psico-emocionales. La presentación tuvo lugar en la Universidad de Georgia Southern, en Georgia, Estados Unidos, y cuenta con reseñas de escritores de gran calibre, como Rosa Montero.

P. ¿Cómo descubrió su vocación?

R. Es algo que siempre supe pero que nunca le di importancia o tal vez  no me lo tomaba en serio. Para mí la escritura era simplemente algo con lo que disfrutar y nunca se me pasó por la cabeza la idea de publicar. De niña escribía cuentos, de adolescente me aventuraba con pequeñas novelas que siempre quedaban a medias, y pasaba horas enfrascada en poemas interminables. Tenía períodos en los que leía mucho, tanto poesía como novela. Unos de los momentos más emocionantes en mi adolescencia era cuando el comercial de Círculo de Lectores llamaba a mi puerta para mostrarme el nuevo catálogo.

P. ¿Qué consejo le daría a los jóvenes que no están familiarizados con la lectura?

R.  Les diría que lean lo que les gusta. A veces nos empeñamos en querer que la gente valore lo que nosotros valoramos, y exigimos a los jóvenes lecturas obligatorias que se consideran ?imprescindibles?, y lo único que se consigue con estas imposiciones es que los jóvenes adviertan la lectura como algo aburrido. Se debe motivar a leer con lecturas que sospechamos que puedan ser del interés de los jóvenes, y con ello me refiero a cualquier tipo de lectura, ya sea una revista adolescente. De este modo se puede ir creando ese buen hábito y podrán poco a poco aventurarse a unas lecturas más profundas y literarias.

P. ¿En qué está trabajando ahora?

R. Tengo en mente emprender una nueva novela. Se tratará de una novela histórica basada en un personaje real y conocido. La historia intercalará ficción y realidad, y hasta ahí puedo contar porque el proyecto está todavía muy inmaduro. Ahora lo que estoy tratando es de leer mucho para documentarme lo máximo posible.

P. ¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo? ¿Y lo que menos?

R. Lo que más me gusta es el saber que mis historias pueden aportar un apoyo al lector, y le puedan ayudar de una manera u otra, bien sea entreteniéndolo o bien sea ofreciéndole un mensaje que de alguna forma le ayude en su vida diaria. El saber que mis letras pueden ayudar a otra persona tiene un valor incalculable para mí, y vale la pena todo el trabajo si mis obras ayudan a un solo lector. Lo que menos me gusta es el proceso de publicación. Literalmente puede llevar más tiempo, esfuerzo y energía publicar un trabajo que escribirlo. Hoy en día el número de libros que se publica en España es brutal. Se dice que incluso hay más gente que pretende publicar que lee, lo cual es una auténtica aberración. Las casas editoriales que publican al estilo tradicional, es decir, sin costos por parte de los autores, están tan saturadas de peticiones de publicación que tardan meses y hasta años en dar una respuesta, si es que la dan. La demanda de escritores es mucho más alta que la de lectores, y eso hace que las editoriales sean muy cautas a la hora de aceptar un manuscrito para su publicación. Ya no basta con tener un buen trabajo. Las editoriales buscan una venta asegurada y por ello necesitan autores que cuenten con un número de seguidores extenso, y que estén dispuestos a hacer un circuito de presentaciones continuas. La situación de publicación puede ser muy estresante y desanimar bastante al autor.

P. ¿Tiene alguna anécdota sobre algo que le haya ocurrido en su trabajo como escritora?

R.  No recuerdo una anécdota específica, pero lo que sí es cierto es que desde que empecé mi recorrido en la escritura he tenido la fortuna de conocer gente maravillosa, tanto escritores como lectores. He tenido la fortuna de que escritores de gran renombre como Rosa Montero, Rosa Regàs, José Ovejero y Guillermo Martínez entre otros, han leído y alabado mis obras. Y otros, menos reconocidos, pero a los que yo admiro por sus talentos literarios también me han ofrecido comentarios muy positivos, como son el caso de Antonio Tocornal y Marga de Cala. También en mi vida como lectora he tenido la suerte de conocer a los miembros del grupo de lectura virtual de Rosa Montero, los cuales me han sorprendido gratamente por el apoyo y cariño que le han dedicado a mis dos novelas. Lo bueno de escribir es que se conoce a gente realmente interesante.

P. ¿Qué es lo que más echa de menos de su tierra?

R. Lo que más echo de menos es la gente, sin duda. Pero también extraño mi pueblo, Santa Marta de los Barros. Caminar por sus calles, sentarme tranquilamente en la plaza chica, disfrutar de sus fiestas y su alegría. Igualmente me ocurre con Badajoz. Es difícil concretar qué se echa de menos, yo diría que todo: el acento, las comidas, las fiestas, el campo, los pueblos, en definitiva, la vida.

P. ¿Cuáles fueron las causas que le hicieron dejar España? ¿Qué fue lo más duro de esa decisión?

R. El motivo de mi marcha fue única y exclusivamente por amor. El que entonces era mi novio y ahora es mi marido completó sus estudios en Estados Unidos y al terminar consiguió un trabajo en la Universidad de Georgia Southern. Así que decidimos casarnos y empezar nuestra vida en común en tierra norteamericana.

No fue una decisión dura ya que después de tres años de relación a distancia no veía el momento de poder estar finalmente con él. En un principio mi única preocupación fue el idioma, después llegaron otras preocupaciones como la vida laboral, etc...pero poco a poco, con paciencia y esfuerzo todo se fue resolviendo. Ahora cuando miro hacia atrás me doy cuenta del gran paso que di, y de los escasos recursos y retos gigantes que tuve que sobrepasar. Pero en aquel entonces yo estaba tan feliz y emocionada de poder estar finalmente con la persona que amaba que la transición se me hizo increíblemente suave.

¡MUCHAS GRACIAS TERESA!