Concurso Escolar del Diario HOY 2017
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Colegio El Tomillar

Badajoz

REDACCIÓN: David Llano Hernández, Roberto Herrera Escobar, Félix Martín Santiago, Manuel Lozano Penín, Julio Jiménez Amador, Carlos Suárez Domínguez

'Para mí el riesgo es sinónimo de aventura'

Foto 'Para mí el riesgo es sinónimo de aventura'
En el campo 1 del K2 ( 2004). CEDIDA

Sebastián Álvaro es el creador de 'Al Filo de lo Imposible', periodista en diario Marca y en 'Tiempo de Aventura' de El Transistor en Onda Cero.

Deportes

12.05.2017 - DAVID LLANO. BADAJOZ

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Sebastián Álvaro, más conocido por 'Al Filo de lo Imposible', es periodista y ha realizado desde hace años documentales haciendo de la televisión algo entretenido, de cultura y de calidad. Recomendamos acudir a su web personal en http://www.sebastianalvaro.es/ Les estamos muy agradecimos por la extensa entrevista en la que nos cuenta sus innumerables experiencias aventureras.

Pregunta. ¿Podría contarnos brevemente su trayectoria profesional como periodista y el mundo de la comunicación?

R. Empecé a trabajar en TVE muy joven y al mismo tiempo terminaba la carrera de periodismo. A finales de los setenta ya comencé a realizar varios documentales en formato super 8, que me permitieron dar el salto a poder hacer documentales en la propia TVE. El primero fue en 1981 y desde ese año prácticamente no he parado. El motivo de por qué me especialicé en documentales de aventuras y viajes tiene que ver con algo que era mi propia pasión. Muy pronto comprendí que 'Al Filo' se convertiría en algo más que un reportaje típico de la tele. Transformamos la aventura, y la forma de ser comprendida por la sociedad, en España. Pero lo más importante que hicimos fue cambiar la noción cultural de la aventura y de los aventureros, la geografía, la ciencia, la ilustración, el romanticismo, la poesía. Me forjé en una escuela de televisión que, para mí, ha sido la más importante en España. En aquella época teníamos una de las cinco cadenas públicas más importantes del mundo. Yo creí en dos cosas: primero, que la televisión puede ser entretenida, de cultura y de calidad, y que, en rigor, las cosas públicas pueden estar bien gestionadas. Así que me parece que 'Al Filo' representa eso, la televisión bien hecha, con muy poco dinero, con equipos muy pequeños, que logran incidir en la población a medio y largo plazo, y transformarla para hacernos más civilizados y mejores personas. Así que yo creo que 'Al Filo' ayudó a la gente de nuestro país a vivir más saludablemente y a ser más cultos. A medida que pasa el tiempo el recuerdo de 'Al Filo' se agiganta.

P. ¿Cómo termina un periodista haciendo de aventurero, alpinista, explorador?

R. Esta es una de las cuestiones más complejas de comprender. Es la misma pregunta que me hacía mi madre, algunos de mis hermanos y alguna de mis novias. En realidad creo que hay tantas respuestas como individuos. Yo puedo tratar de dar algunas de mis razones que me hicieron vivir la Aventura y especialmente en las montañas más altas de la Tierra. Siempre he tenido una imaginación ardiente. Una imaginación que avivaron primero los tebeos del Capitán Trueno y luego lecturas de aventuras y exploraciones, películas y documentales. Todo ello mezclado con trabajo en Televisión Española, una juventud de batería en un conjunto de rock, una militancia sincera por conseguir la democracia y unas condiciones de vida más aceptables para los ciudadanos de España, y luego una curiosidad impenitente que siempre me ha hecho poner todo lo que me rodea en cuestión. Esa implacable lógica de hacer preguntas y buscar respuestas me lanzó por los lugares más remotos del planeta. Las montañas, en especial las grandes montañas, son el símbolo de los límites de nuestro planeta y, por ende, de nosotros mismos. El símbolo de la pureza, del ideal inalcanzable, de la Libertad. Conseguir todo eso también te exige lo mejor que tienes dentro, te obliga a sacar la mejor versión de ti mismo. Haciendo 'Al Filo' es probable que no consiguiéramos ser los mejores, pero todos fuimos mejores que antes. No conozco nada más apasionante que partir de viaje a lugares remotos y desconocidos, donde cualquier cosa puede ocurrir, que siente estas conviviendo con un alto grado de incertidumbre, que tienes que aprender a gestionar el riesgo y donde nunca tienes "garantía de regreso", como señalaba el famoso anuncio de Shackleton para reclutar a su tripulación para embarcarse hacia la Antártida en 1914. Para mí todo sucedió de forma natural porque comencé a ir a la montaña de niño y a escalar de adolescente. La dictadura nos lanzó también a las montañas cercanas pues era el único sitio donde podías dar un beso a una chica sin que nadie te dijera nada o sentir la libertad sin restricciones. Imaginar, crear y poner en marcha 'Al Filo de lo Imposible' fue la unión de mi pasión y mi trabajo. Y desde luego si los programas influyeron en hacernos más civilizados como país, si 'Al Filo' ayudó a reconciliarnos con determinados valores y con esas corrientes del pensamiento moderno del siglo XIX de las que vivimos de espaldas, me alegro mucho pues eso da sentido a una vida esforzada y aventurera. Pero creo que si no hubiera hecho 'Al Filo' también hubiera sido rebelde y aventurero. Probablemente sea uno de esos individuos que posee una determinada variante del gen DRD47R, (que algunos han denominado como 'el gen de la aventura') y que esa sea la causa de que mi madre me llamase "zascandil" y me recordase cada vez que venía de una expedición dura que era el hijo que más disgustos le había dado. He perdido en estos 30 años más de 26 amigos cercanos, lo cual me lleva a no recomendar a nadie mi tipo de vida. Pero si volviera a nacer volvería a escalar montañas, a compartirlas con amigos, a leer libros de aventuras y a ser apasionantemente libre. Por eso sigo escalando montañas.

P. ¿Qué recuerdos positivos tiene de sus primeros pasos en TVE en aquellos años del inicio de la democracia en España?

R. Fundamentalmente el ambiente creativo y formativo que viví en aquella TVE de finales de los años 70 y los años 80. Sería esencial para lo que vino después. Allí me forjé con los mejores profesionales de la televisión que he conocido en mi vida. En los pasillos de Prado del Rey me encontraba con actores que estaban haciendo una serie como 'La Forja de un rebelde', o un Lope o un Calderón, obras de teatro clásico y moderno, más tarde a Valerio Larazov y Narciso Ibañez Serrador, en un camerino a Raymond Burr (el actor que hacía de Perry Mason), a Félix Rodriguez de la Fuente o Balbín haciendo La Clave. En ese ambiente fue posible que surgiera una serie como 'Al Filo de lo Imposible'.

P. ¿Qué nos puede contar de su protagonismo en 'Al filo de lo imposible'?

R. Fui el creador, director y realizador al mismo tiempo. Pero lo mismo escribía un guión que porteaba el trípode durante el rodaje. Dar ejemplo es lo primero que tienes que hacer si quieres ganarte el respeto de tu gente. Nunca exigí a la gente nada que no pudieran ver en mí. Pero mis compañeros me solían llamar 'jefe' y eso, puesto en la boca de algunos de esos tipos rudos y valientes, era para mí el mejor premio, casi un título nobiliario.

P. ¿Había de verdad riesgo real?

R. Lo mejor que hizo Al Filo fue hacer honor a su nombre. Después cuando se convirtió en otra cosa, reportajes banales sin pasión, en realidad dejó de existir. Bajo un punto de vista técnico es sencillo contestar: peligro sería todo aquello que nos hace daño y Riesgo sería la probabilidad de que ese peligro se materialice. Así que desde que nacemos somos gestores del riesgo. Cuando siendo niños nuestros padres nos cogen de la mano y nos enseñan a cruzar una calle, mirando a los dos lados y siendo prudentes, sencillamente nos están enseñando a enfrentarnos a los riesgos que se nos van a presentar a partir de entonces. Porque vivir es, definitivamente, algo peligroso. Pero bajo un punto de vista personal para mí el Riesgo es sinónimo de Aventura. El primer documental que hice sobre la escalada del K2 (8611 ms) empezaba con una definición que decía 'Aventura es una empresa de resultado incierto y que entraña peligro'. Y luego salía el título del programa: 'La Aventura del K2'. La incertidumbre, el riesgo, es aquello que tenemos que asumir cuando nos imponemos un reto o perseguimos un sueño. Y eso implica, de entrada, una voluntad: Atreverse a fracasar. Y, por otro lado, la inteligencia de saber 'leer' los peligros, minimizarlos en lo posible, asumir los riesgos que creamos estar preparados y, como escribió Lord Tennyson, 'no rendirse jamás'. El resumen de casi 30 años de actividad creo que lo aclara sin dudas: más de 200 expediciones, más de 300 documentales, los 14 ochomiles, los 3 polos, las travesías del desierto de Taklamakán, del Gran Mar de Arena, el Hielo Patagónico sur, el cañón del Yarlunt Tsangpó, el cruce de los Andes en globo. Cuando en el mundo sólo había siete alpinistas que habían conseguido las 14 cimas de más de 8000 metros, cuatro de ellos habían pasado por 'Al Filo'.

P. ¿Por qué valora tanto al explorador británico Ernest Shackleton?

R. Porqué su vida es un auténtico ejemplo de cómo se debe actuar para ser el mejor líder en tiempos muy difíciles. No deja de ser paradójico que en su tiempo fuera considerado un fracasado, pero hoy sin embargo es puesto como ejemplo en todas las universidades anglosajonas. Estudiando su comportamiento se pueden extraer las claves esenciales del liderazgo. La primera, dar ejemplo. Shackleton nunca quiso privilegios para sí. La segunda, tener la intuición de saber que su única posibilidad de supervivencia, (cuando se les hundió el Endurance y se quedaron perdidos en la Antártida a 15.000 kms de casa) era mantener el equipo unido. La tercera, reconocer los errores cuando se equivocaba. Y la última, quizás su mejor legado para nosotros, el creer con firmeza que cualquier persona normal, en circunstancias muy adversas, puede realizar cosas excepcionales. La frase de Robert Browning que sus compañeros eligieron para su lápida, resume sus esfuerzos en todas sus expediciones: 'Yo sostengo que una persona ha de luchar hasta el final por el precio en el que ha fijado su vida'.

P. ¿Cuáles considera sus mejores trabajos o documentales?

R. Resulta difícil par aun padre elegir uno entre sus hijos, y más cuando tienes más de 300. Si tuviera que elegir unos cuantos me quedaría con el K2 de 1994, En el Confín de la Tierra (resumen de la expedición polar en el 2005-2006), la reconstrucción de Irvine y Mallory en el Everest, la de Rabadá y Navarro en el Eiger, Banana-Mango Mix, 'El Territorio del Leopardo' En fin, haría una larga lista.

P. ¿Qué distinciones ha recibido en los últimos años?

R. Pues así recordando los más importantes: diez Premios de la Academia de TV, dos Premios Ondas, dos Premios en el Festival de Nueva York de TV, dos en el Festival de Hamburgo, el Premio Nacional de Deporte, tres Medallas al Mérito Militar. El último, hace unos días, al Líder Humanista.

P. Parece que su salida de TVE le llevó a superarse y es cuando ha conseguido más éxitos. Ante la situación actual, ¿qué diría a tantos jóvenes que se desaniman ante la primera dificultad?

R. Creo que no. Simplemente hice lo que mismo que siempre he hecho: luchar por lo que creo, trabajar con pasión y optimismo. La televisión pública que yo tuve la fortuna de conocer y vivir ya no existe. Perdimos una de las mejores televisiones públicas y los españoles se vieron empobrecidos. No existe la noción de bien común de lo público, de lo nuestro. Así que, como tantos otros, me tuve que reinventar. Ahora hago más radio o escribo libros o artículos, peros sigo haciendo expediciones con buenos amigos, conociendo, explorando, arriesgando. A los jóvenes les diría que el mundo está ahí fuera esperándolos. Que tienen que buscar su propia vida, su propio camino, que nunca será fácil pero será el suyo, que no podrán conseguir todo aquello que se proponen pero lograrán muchas cosas que ahora ni siquiera se imaginan. 

P. ¿Qué enseñanzas tiene subir a una montaña para la vida misma con sus alegrías y sinsabores?

R. En primer lugar me gustaría empezar diciendo que las montañas nos ofrecen beneficios materiales: más de 3000 millones de personas dependen del agua que nos ofrecen,  y otras muchas viven de ellas. Por otro lado las montañas son los últimos lugares que, en pleno siglo XXI y 7000 millones de seres humanos, se han mantenido al margen de la urbanización y domesticación del ser humano. Necesitamos conservarlas, nos lo dicen la Razón pero también el Sentimiento. En las montañas caminamos y respiramos aire puro, bebemos agua incontaminada. Nada hay más saludable que caminar por la Naturaleza (como ya han demostrado multitud de estudios); nada hay mejor que pensar al ritmo de nuestros pasos. Grandes pensadores, filósofos, pintores o músicos se inspiraban caminando por las montañas. Y esos beneficios, además de físicos, también son espirituales. Necesitamos impregnarnos de la belleza y la soledad y el silencio de los últimos paisajes que no están degradados. De la misma forma que pesa sobre nosotros la contaminación, el ruido, la suciedad, el tumulto, también nos fortalecen la belleza, caminar por un bosque, ascender una montaña, oír el murmullo de un riachuelo, extasiarnos con una puesta de sol mientras la brisa nos acaricia. Nos volvemos niños. Creo que fue el gran Francisco Giner de los Ríos el que expresó de forma más precisa este Sentimiento de la Montaña, asistiendo una tarde a un atardecer desde el Guadarrama: "No recuerdo haber sentido nunca una impresión de recogimiento más profunda, más grande, más solemne, más verdaderamente religiosa" Por eso es tan necesaria la conservación de los últimos santuarios de la montaña que aún no sido transformados por la ambición y codicia del ser humano.

Además la práctica del montañismo es una escuela de valores, de vida. El esfuerzo, la solidaridad, la valentía, el dominio de las emociones, saltar por encima del miedo, la inteligencia para afrontar retos imposibles, la fortaleza interior para enfrentar la adversidad. Todo eso se aprende en la montaña.

P. En la montaña, ¿se puede aprender de los errores, o solo de los de los demás?

R. Gestionar el riesgo es esencial para adentrarte en la montaña, pero también para transitar por la vida. El riesgo cero no existe en ninguna actividad, ni en la vida, pero en la montaña (como en toda actividad al aire libre) hay que ser muy cuidadoso pues a veces el primer error es también el último. Desde luego los errores y los fracasos son fuente de aprendizaje, pero afortunadamente tenemos hoy en día dos elementos que hacen que escalar montañas o simplemente hacer senderismo o descender cañones, pueda ser mucho más seguro de lo que lo era. Por un lado tenemos los GREIM (grupos de rescate de la Guardia Civil) que es uno de los grupos más eficientes y solidarios de cuantos tenemos en Europa. Por otro lado hay multitud de buenos guías que si no tenemos formación suficiente harán nuestra caminata, ascensión o escalada, más segura y placentera. Yo recomiendo que los jóvenes que quieran adentrarse en el fascinante mundo de las montañas que asista a uno de los innumerables cursos de aprendizaje que existen y que lean. Y el error y el fracaso forman parte del aprendizaje. No se nos mide tanto por el éxito sino por las veces que somos capaces de levantarnos de situaciones adversas.

P. ¿Cuáles son los valores que nos obliga a desarrollar la montaña?

R. Prácticamente los mismos que ya aconsejaban los griegos hace 2500 años. Y no es de extrañar porque la Vida podríamos decir que es una metáfora de la Montaña. Es necesario esforzarse y sufrir, hay que saber levantarse cuando te caes, hay que tener fortaleza y ser valiente, pero no temerario, hay que cultivar la paciencia y la prudencia pero jamás puedes ser cobarde. El que sepa enfrentar la adversidad en la vida diaria seguro que estará a gusto en las montañas. En ellas no es tan importante lo conseguido, sino lo vivido; que no se trata de cuántos años vives, sino de cómo se viven.

Muchas gracias por respondernos y le deseamos todos los éxitos posibles.