Concurso Escolar del Diario HOY 2018
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LA ÉLITE DE ARROYO

IES TAMUJAL

Arroyo de San Serván

REDACCIÓN: MARIO RASERO, FERNANDO SOLTERO, ALEJANDRO ORDOÑEZ, LUCÍA ORDOÑEZ, SAMUEL ROSADO, LEANDRO OLMEDO

El Real Madrid sufre en Múnich, pero se ve más cerca de la final de Kiev

El Real Madrid sufre en Múnich, pero se ve más cerca de la final de Kiev
Asensio marca el gol dela victoria del Real Madrid en Múnich.

Tercera victoria seguida en Múnich de los blancos, que cobran ventaja

Deportes

26.04.2018 - La Elite(Leandro)

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El Real Madrid volvió a tomar Múnich -tres victorias seguidas- en lujosa tradición que ilustra el ciclo del equipo en la Champions. Esta vez lo hizo tirando de riñones, con el sudor en la frente y las manos de Keylor como salvadoras en la segunda parte, cuando el gol de Asensio colocó la eliminatoria en el regazo blanco, con mucho por trabajar aún en la vuelta porque el Bayern, sin ser el bloque arrollador de hace un tiempo, sigue teniendo el orgullo y la calidad necesarias para intentar la remontada. [Narración y estadísticas: 1-2]

En la melena loca de Marcelo va prendida buena parte de la historia del Madrid en este periodo de dominio en el torneo. Él entró en el descanso de Lisboa para, junto a Isco, embotellar del todo al Atlético y en la prórroga marcó el gol definitivo. Aquel día fue suplente de Coentrao. Desde entonces, ya sin discusión, no se entiende el viaje de los blancos sin el fútbol arrebatador del carioca, un delantero más aunque vista de lateral izquierdo. Un tipo especial, capaz de provocar en poco rato deseos encontrados, voces feas y bellas por sus cosas. Medio partido dependió de él, culpable de que la primera parte despertara del letargo que ambos contrincantes habían decidido imponer. Cloroformo en vez de cerveza, cosa rara sobre todo con el Bayern en su casa y con el dibujo requeteofensivo planteado por Heynckes. Todo al verde, sólo con Javi Martínez de pivote. Enfrente, lo contrario, Zidane poblando su media de centrocampistas, sin Benzema.

Lesión de Robben

El Madrid, preparado para el bombardeo, avanzó tranquilo en el arranque ante un rival tocado por la inmediata baja de Robben. Su colmillo dejó paso al toque vainilla de Thiago, tan fino como poco práctico en ocasiones. Jugador Instagram, de buena postura. Perdió las primeras cinco pelotas. Sin uñas ambos equipos, a la espera de no se sabe bien qué, el Bayern aprovechó su primera llegada a la contra, a la media hora. Marcelo dejó una autopista por su banda en una acción de infantiles. Buscó en escorzo raro un balón imposible en la línea de fondo, tras remate desviado de Cristiano, y mientras se ponía en pie, el portero alemán sacaba a toda prisa a su zona. Allá acudió a tapar sin éxito Ramos. Lío montado. James (listo, rápido y hasta enérgico defensivamente en el primer tiempo) la puso de cine entre las costillas de la descolocada zaga blanca hacia la entrada de Kimmich, poderoso como camión de la MAN. Tiró más fuerte que colocado ante un Keylor sin presencia en la acción.

El gol fue la mecha que necesitaba el Bayern, ahora sí con el pulmón de siempre. Se encendió la grada al son de su equipo, el de siempre, el incansable, el de las llegadas en forma de olas gigantes. La tuvo clara Ribéry al momento, torpe en el control, y Lewandowski en una falta sacada por el guante de James. Sufría el Real, sin control, con Isco sin aparecer y CR seco. Los bávaros, astutos, olieron el miedo y aceleraron. La pedían rápido a los recogepelotas y hasta gritaban a sus médicos que no entrasen. Ni el segundo KO por lesión, el robusto Boateng, parecía afectarles. El 2-0 volaba sobre la cabellera de un Madrid poquita cosa, diluido el frenesí germano.

Ese día y tantos otros, ante la Juventus, por ejemplo, demostró el campeón español su capacidad de resistencia, agarrado con sólo una mano al quicio de la ventana. Esta vez fue Marcelo el extintor con un zurdazo magistral, de volea, imposible para el suplente de Neuer. Gol, empate y la eliminatoria deslizándose sutilmente en el bolsillo blanco por el inmenso valor de los goles a domicilio. No sintió el puñetazo el Bayern el momento, con arrestos aún para buscar el gol antes del descanso.

A la vuelta, Zidane lanzó a Asensio para buscar la espalda alemana. El plan cuajó en el segundo gol del Madrid, feroz ante el fallo de Rafinha en la salida de la jugada. Letal el error, con Lucas montando la salida, el dos contra dos, con su amigo de Mallorca a la espera del pase. No le tembló el pulso al chaval para levantar con elegancia el balón ante la salida del meta. Pero el gol no deshizo al Bayern, ni mucho menos, que siguió a la carga, con Ribéry rejuvenecido una década. Quedaba el campeón de Europa a la espera de la contra que reventara la semifinal. Entonces Keylor demostró sus poderes hechizantes con dos paradones al extremo francés, enorme la primera de ellas. Salvó una victoria de muchos quilates pero no definitiva. Hay mucha chicha aún para el Bernabéu.