'China es un país muy desconocido siendo la segunda potencia económica mundial y creciendo su influencia a un ritmo vertiginoso'

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Sara Romero es corresponsal de Antena 3 Noticias en China desde 2013. En su perfil de LinkedIn se confiesa periodista inquieta, curiosa y con una gran pasión por contar historias.

Sara Romero es corresponsal de Antena 3 Noticias en China desde 2013. En su perfil de LinkedIn se confiesa periodista inquieta, curiosa y con una gran pasión por contar historias. Sobre todo, le atraen los temas sociales. Concibe las nuevas tecnologías como una nueva oportunidad para comunicar, aprender y también como herramienta de marketing. Es trabajadora, constante y parte de la base de que el esfuerzo siempre tiene su recompensa. Tiene un canal interesantísimo en Youtube sobre sus reportajes. Muchas gracias por atendernos desde ese gran país emergente.

Pregunta. ¿Por qué decidió dedicarse al periodismo?

Respuesta. Hola a todos. Lo primero quiero que sepáis que es un honor para mí poner un granito de arena en vuestro trabajo. Dicho esto, me encantaría que me tutearais, ya que me considero muy joven todavía (risas). Al grano. Decidí dedicarme al periodismo porque desde pequeña, me gustaba leer los periódicos con detenimiento e incluso recortaba y guardaba las portadas o los reportajes que me parecían más interesantes. Eran casi siempre de temas sociales. También escuchaba la radio con mis padres en casa o en el coche, así que decidí aprender a rascar y contar historias como esas que tanto me gustaban. Di un rodeo, primero estudié filología hispánica para tener una formación sólida en lengua y literatura y, cuando terminé, me matriculé en periodismo.

P. ¿Cuál ha sido su trayectoria profesional en esta profesión?

R. Cuando estudiaba filología hispánica, empecé con 20 años a hacer prácticas de verano en una revista y en una televisión local. Después, ya mientras estudiaba periodismo, me concedieron una beca de 9 meses en la Agencia EFE en Madrid, por donde recomiendo pasar a todo estudiante de periodismo para aprender aspectos tan importantes como contrastar las fuentes, ejercitar la rapidez con rigor, etc. Como mi pasión era la radio, no paré hasta conseguir la beca de la Cadena Ser en Madrid para la que había que pasar 3 pruebas de acceso. En 2008, una vez licenciada, fui una de las seleccionadas en el programa Primer Empleo de la Asociación de la Prensa de Madrid y llegué a Antena 3 Noticias, donde he pasado por la sección de sucesos y por la delegación del País Vasco antes de venir a China.

P. ¿En qué consiste su trabajo en China?

R. Hay varios aspectos que influyen en el objetivo último que es el de informar. China es un país todavía muy desconocido a pesar de que es la segunda potencia económica mundial y que su influencia crece a un ritmo vertiginoso. Es fundamental estudiar, leer, ver películas, aprender el idioma para poder conocer la realidad de la gente de a pie, etc. Y todo eso con el hándicap de la censura, cada vez más potente, que el Partido Comunista chino sigue desarrollando. Dirijo un equipo que formamos tres personas: camarógrafo, fixer y yo misma. De lunes a viernes la fixer (traductora, productora china) y yo buscamos en la prensa china temas o pensamos ideas para hacer reportajes, las preproducimos para ver si será factible llevarlos a cabo o no y los propongo a mis coordinadores en Madrid. Si dan el Ok (casi siempre sí), los terminamos de producir, los grabamos y los editamos. Además, hay que estar siempre al día, con los ojos bien abiertos y saber relacionarse, hacer contactos, para que, a la hora de producir las grabaciones, sea algo más sencillo.  

P. ¿Sigue siendo realmente China un régimen comunista?

R. Sí. Ya sabéis que el Partido Comunista gobierna con puño de acero desde 1949 aunque es verdad que hay una evolución. En los años 80, Deng Xiaoping inició la apertura económica que propició el desarrollo del país. Después vendrían más reformas, como el impulso de las empresas privadas, las inversiones extranjeras, etc. Y así China abrazó el capitalismo, defiende la globalización frente al proteccionismo, pero siempre con la coletilla que usan aquí las autoridades: 'socialismo con características chinas'.

P. ¿Qué opina del reciente sistema de videovigilancia que ha establecido el gobierno?

R. Da miedo, sinceramente. Nosotros hicimos ese reportaje ya el verano pasado y luego hemos ido haciendo más sobre el tema. Conseguimos acceder a la empresa que ha instalado el software de reconocimiento facial en las cámaras de seguridad. Nos hicieron una demostración de cómo en 3 segundos identificaban a un presunto delincuente y en 7 minutos, gracias a la alerta que el software envía a la policía, los agentes lo detuvieron. Nos monitorizan a todos y todos nuestros datos en APPs como Taobao (compras online), Alipay (para pagar con el móvil), Wechat (whassap + Facebook + pago por el móvil), se comparten con el gobierno. Ahora también han desarrollado las gafas con reconocimiento para policías y nosotros fuimos junto a Reuters los primeros en entrevistar a su creador. Además, en la provincia musulmana de Xinjiang, incluso hay bancos para recoger ADN de la gente para cotejar en caso de delito. La excusa es que lo hacen por nuestra seguridad, pero nadie nos ha preguntado si estamos de acuerdo en que controlen absolutamente todos nuestros movimientos.

P. ¿Hay realmente libertad religiosa o no se respeta a los cristianos o a otras religiones?

R. Es complejo de explicar. No están prohibidas las religiones en este momento, pero sí están tremendamente controladas. Por ejemplo, hicimos un reportaje sobre el final del ramadán en 2016 porque en China hay cerca de 25 millones de musulmanes también. Nos dijeron que las autoridades no les permiten ayudan durante el Ramadán. Respecto a los cristianos, hay dos iglesias, la oficial y la clandestina. Aunque la línea divisoria entre ambas es difusa porque los fieles comparten la misma fe, lo espinoso es quién nombra los obispos. En la oficial, dependen del Partido Comunista, que controla el sermón de la misa, quienes asisten, etc. En la clandestina, a los obispos los nombra el Vaticano y a menudo son perseguidos y detenidos por las autoridades. En resumen, el Partido Comunista teme que una religión pueda hacerle sombra ideológica.

P. ¿Cómo se ve España desde China?

R. Con morriña (risas). Yo estoy muy pendiente de la actualidad en España porque es mi país y me interesa mucho, por supuesto, pero también porque hay ciertos temas que pueden tener su eco aquí y viceversa. Por ejemplo, las exportaciones españolas de cerdo español a China pueden verse beneficiadas por el intercambio de aranceles entre China y Estados Unidos. Esperemos que no desemboque en una guerra comercial entre las dos potencias porque a la larga, no nos beneficiaria a nadie.

P. Cuéntenos algunas anécdotas de su estancia en China.

R. Este país es uno de los más difíciles del mundo para trabajar como periodista. Aunque en España, en general, todavía se sigue prestando más atención a las noticias frikis de China que a las realmente serias como las violaciones de derechos humanos, el aumento de la censura, los límites para las empresas extranjeras, etc. Pero al mismo tiempo, esa dificultad hace que este trabajo enganche. Os cuento una cobertura. En febrero de 2016, China empezó a cerrar fábricas de acero porque tenía una sobrecapacidad enorme, en Europa le apretaban las tuercas con el dumping de su acero, etc. Fuimos a Tangshan, la ciudad donde más fábricas de acero hay. Allí habíamos quedado con un trabajador afectado por esos cierres que habíamos conseguido localizar previamente. Nos atendió a escondidas, nos contó también que no solo se había quedado sin trabajo por el cierre de la fábrica de acero, sino que, además, la ciudad tenía una burbuja inmobiliaria que había empezado a pinchar. Había invertido en un piso que ahora era un esqueleto de hormigón sin acabar porque la constructora había quebrado. Imaginad, ya teníamos material para dos reportajes. Todo parecía ir sobre ruedas hasta que la policía reparó en nuestra presencia y empezó a seguirnos. No querían que contáramos la crisis del acero y durante varias horas estuvimos huyendo, escondiéndonos en caminos, en callejones, etc. Por suerte nuestro taxista era muy espabilado y supo darles esquinazo. Lo mejor es que antes de ir, conscientes de que unos extranjeros con un cámara y un micrófono no iban a pasar desapercibidos en una ciudad de tercera, habíamos pedido un permiso con la excusa de grabar un reportaje sobre el 40 aniversario del terremoto que asoló la ciudad. Y allí estuvimos, con sonrisas y buenas caras ante las mismas autoridades que horas antes nos habían estado persiguiendo por hacer nuestro trabajo.

P. ¿Por qué se puede decir que China es actualmente el país más importante o 'influencer'?

R. No sabía que se le considera el país más influyente, pero desde luego se lo merece. En los últimos cinco años, la influencia política y económica de China a nivel global ha aumentado a pasos agigantados. Compra deuda pública de varios países, invierte en infraestructuras, recursos naturales, etc. Además, la llegada de Trump a la Casa Blanca les beneficia. Estados Unidos se ha retirado del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), de la UNESCO, defiende el proteccionismo en un mundo cada vez más globalizado, etc. China está dando pasos para ocupar los huecos que deja Estados Unidos para seguir ganando influencia a nivel mundial. Además, el cambio de modelo económico para dejar de ser la fábrica del mundo y convertirse en punta de lanza en innovación y tecnología, está dando sus frutos. No hay más que ver la expansión de los móviles chinos, por ejemplo. ¿Quién de vosotros hubiera comprado un Huawei o un Xiaomi hace 5 años? Y ahora, tecnológicamente, no tienen nada que envidiar a Samsung o a Apple.

P. ¿Qué recomendaría a los jóvenes que deseen ser periodistas?

R. Que lean, que aprendan idiomas y que se pregunten el por qué de las cosas que nos suceden.

P. Háblenos de lo que desee y pueda ser interesante.

R. Un aspecto interesante en el periodismo (y en todas las profesiones) es saber adaptarse y actualizarse a los tiempos que corren. Las noticias no se cuentan igual hoy que hace una década. Es importante ser curioso, explorar otras formas de contar y otras plataformas. Por ejemplo, a mí últimamente me fascina el podcasting. Pienso que es una forma de hacer radio a la carta, pero, además, mucho más especializada y con un abanico de opciones mucho más amplio. Yo en enero me lancé a hacer mi propio Podcast: Los Reinos del Sol. Es sobre reporterismo en China y Corea y lo podéis encontrar en iTunes, Ivoox, Cuonda, etc. Cada domingo, en aproximadamente 10 minutos, trato de contar, de forma amena y distendida, un aspecto de la actualidad de esos países y la verdad es que me está funcionando muy bien.

Muchísimas gracias.