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Colegio El Tomillar

Badajoz

REDACCIÓN: Jaime Rubiano Lebrusan, Javier Píriz González, Iñaki Ganuza López, Pablo González Rodríguez, Pedro Serrano Suárez de Venegas, Fernando Mena Abreu

'Lo que sabes es lo único que no te pueden quitar jamás'

'Lo que sabes es lo único que no te pueden quitar jamás'
Ana Alonso. CEDIDA

Ana Alonso de El Independiente, colaboradora en la sección de Internacional. Es un diario digital que tiene como prioridad la información política, económica y la opinión.

10.05.2018 - THE NEWSPAPER. BADAJOZ

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Ana ha trabajado en radio y en prensa escrita en diversos medios de comunicación. Actualmente colabora en El Independiente. Por lo que nos cuenta tiene una gran experiencia. Le agradecemos la atención prestada.

Pregunta. ¿Por qué decidió dedicarse al periodismo?

Respuesta. Me gustaba escribir y dedicarme a algo que me permitiera aprender continuamente sobre el mundo que nos rodea y sobre el ser humano. Vi que la carrera, en teoría, ofrecía una formación en humanidades que me atraía y seguí mi instinto más que mi cabeza, que me habría llevado por otros derroteros (Derecho, por ejemplo).

P. ¿Cuál ha sido su trayectoria profesional en esta profesión?

R. Hice prácticas los dos últimos veranos de la carrera en la radio (Ser en Valencia y RNE en Madrid) y me gustó mucho. Cuando esperaba quedarme en la radio, me surgió una oportunidad en un diario de nueva creación, El Independiente, que había sido antes semanario. Empecé en Internacional y ahí sigo. Cuando cerró este diario, estuve unos meses en el paro y luego me contrataron en El Mundo. También seguí en Internacional, fui corresponsal en Berlín cuatro años y medio, y luego número tres, número dos y jefa de sección. Hasta que un director, de cuyo nombre no quiero acordarme, pero me acuerdo, me despidió de la noche a la mañana. Duró en el cargo menos de un año. Cuando me despidieron, llevaba 23 años en El Mundo. Seguí como freelance escribiendo en El Nuevo Herald, con base en Miami, El viajero y luego en El Independiente. También participé en un experimento interesante, la newsletter en español de Quartz, pero no funcionó en español. Ahora colaboro en El Independiente.

P. ¿En qué consiste su trabajo en El Independiente?

R. Escribo análisis sobre política internacional. En principio, es un tema extenso a la semana, pero depende de la actualidad. Hablo con expertos, leo y trato de explicar al lector de forma clara qué ha ocurrido y qué consecuencias tiene ese acontecimiento.

P. ¿Está el futuro del periodismo en el digital sin el de papel? ¿Qué opina sobre ello?

R. El futuro del periodismo está en los periodistas y en los lectores, es decir, en los ciudadanos. El formato es lo de menos, aunque por motivos económicos se impone el formato digital. La distribución y la impresión encarece el papel y para informarse hoy en día con una pantalla de móvil se accede a la lectura de cualquier texto interesante o se pueden seguir podcast? De todas maneras, supongo que los grandes diarios conservarán ediciones de fin de semana en papel. Son los ciudadanos los que han de demandar aclaraciones sobre lo que ocurre y los periodistas con formación y credibilidad hacerlas llegar a los lectores. Si como ciudadanos, nos damos cuenta de que los periodistas actúan como contrapoder y como espejo de lo que sucede, al permitir que sepamos del sufrimiento de los refugiados, por ejemplo, conseguiremos ir avanzando hacia sociedades en las que el bienestar no sea de unos pocos sino de unos muchos.

P. ¿Cómo se ve la situación política de España con toda la información que les llega?

R. En España nos queda mucho por aprender sobre lo que supone la rendición de cuentas al ciudadano, la transparencia y el respeto a los demás. A los políticos les sobra politiquería, es decir, tomarse esa vocación como un medio de vida que les da privilegios, y a los ciudadanos nos falta conciencia como tales: compromiso con el entorno y con nuestro prójimo. Y una cuestión fundamental que impide que avancemos como país: sentido del consenso. Cuando las ideas son dispares, hay que buscar un denominador común y ser pragmático, por el bien de todos.

P. ¿A qué personalidades ha entrevistado?

R. Las entrevistas más interesantes las realicé durante mi época de corresponsal en Berlín y recién llegada. Recuerdo especialmente al escritor Hans Magnus Enzensberger, un auténtico sabio, o la rueda de prensa que dio en Berlín Imre Kertész, nada más saber que había recibido el Nobel de Literatura. También recuerdo a Joschka Fischer, que fue ministro alemán de Exteriores, una mente muy lúcida. Pero la corresponsalía me permitió disfrutar de momentos extraordinarios como escuchar la interpretación del Requiem de Mozart por la Filarmónica de Berlín dirigida por Claudio Abbado, recién recuperado de una grave enfermedad.

P. ¿Qué noticias o reportajes han conseguido como primicias

R. Primicias no he dado apenas, la verdad. Como corresponsal es muy complicado porque compites con la prensa local, pero hay compañeros que lo logran, y en una mesa en redacción aún menos. Sí que recuerdo que durante un viaje a Bruselas a un funcionario se le escapó que la ministra iba a anunciar en Kosovo la retirada de tropas españolas, y como no había aterrizado aún, lo pudimos dar antes el grupito que se dio cuenta de ese desliz... En mi equipo de Internacional en El Mundo sí que hubo primicias, pero solo participé en la coordinación.

P. Cuéntenos algunas anécdotas personales como periodista.

R. Como anécdota, os puedo decir que uno de los momentos más felices de mi vida, lo disfruté en la redacción de El Mundo. No soy creyente pero aún creo que fue un milagro. Habían secuestrado a nuestro enviado especial en Siria, Javier Espinosa, junto a su compañero y fotógrafo, Ricard García-Vilanova. Llevaban en manos del autoproclamado Estado Islámico seis meses. Fueron seis meses muy intensos en contacto con las familias. Estaban en el grupo en el que hubo varios decapitados después. Era sábado por la noche y una compañera, Rocío Galván y yo, queríamos creer que el momento de la liberación se acercaba. Los protocolos no funcionaron como se esperaba y Javier acabó llamando directamente a la redacción para comunicarnos que les habían liberado. Recuerdo a Carmen, la secretaria, incrédula, gritando: 'Es Javier, es Javier'. Luego hablamos con él en el número que nos facilitó y lo confirmamos todo. Javier respondió con toda naturalidad. Llamé a su familia y a la familia de Ricard. Me sentí levitar. Luego me costó escribir como nunca antes. Rocío trataba de darme confianza para que pudiera cerrar la página. Era la noche del 29 de marzo del año 2014.  Por si os sirve, aquí tenéis la crónica.

P. ¿Qué recomendaría a jóvenes que deseen ser periodistas? ¿Idiomas, relaciones, lecturas...?

R. No soy quién para dar recomendaciones. Solo diría que los periodistas que más admiro son personas sencillas, empáticas y generosas. Saben que esta profesión requiere ponerse en el lugar del otro, del más débil, y que alimentar el ego empobrece el relato. La formación es fundamental pero no solo para el periodismo, sino para disfrutar más de la vida. Los libros, los viajes, los idiomas, te permiten entender mejor lo que sucede. Y, como decía mi abuelo, lo que sabes es lo único que no te pueden quitar jamás.

Muchísimas gracias.